06/06/2015

Estamos en el Horno

Todos los días del año pasa por el cenit de Bariloche uno de los lugares más interesantes del universo de aquí a 100 millones de años luz: el cúmulo de galaxias de Fornax. Es el segundo cúmulo más rico del universo cercano después del cúmulo de Virgo. Miren con cuidado para tratar de distinguir las galaxias de la multitud de estrellas individuales que, naturalmente, están mucho más cerca en nuestra propia galaxia. Abajo hay una versión anotada con muchas galaxias identificadas. Click para descargar o ver más grandes, como de costumbre.


Los cúmulos de galaxias son las estructuras más grandes del universo. Se formaron en una época relativamente reciente al caer las galaxias unas hacia otras, fusionarse y asociarse en una lentísima danza gravitatoria que lucha contra la expansión del universo. Parecen alinearse a lo largo de filamentos de una especie de espuma de materia oscura. Su tamaño descomunal es imposible de abarcar desde nuestra escala humana. Si los cientos de miles de millones de estrellas de una galaxia (¡cientos de miles de millones!) lo dejan a uno con la mente en blanco, ¿que decir de estos cúmulos, que abarcan centenares o millares de galaxias?

El cúmulo de Fornax (puede calcularse aunque cueste imaginarlo) pesa algo más de 1014 masas solares. Cien millones de millones de soles. Tiene dos subgrupos fácilmente distinguibles. Las galaxias se ven mejor en negativo, así que pongo una imagen en resolución completa para quien quiera escudriñarla (las de arriba están reducidas más o menos a la mitad):

El mayor (al centro de la foto) tiene dos galaxias principales: NGC 1399 (la mayor del cúmulo) y NGC 1365 (con dos lindos brazos espirales). Arriba a la izquierda está el subgrupo menor, alrededor de NGC 1316, que es la galaxia más brillante del cúmulo. Todo este subgrupo está cayendo hacia NGC 1399, en una danza de cúmulos de galaxias que ya ha disparado una intensa formación estelar en varias de ellas. ¿Se fusionarán? ¿Se atravesarán? El propio grupo principal parece estar en un estado de desequilibrio tras haberse formado por la fusión de grupos menores (no está virializado, dicen los astrónomos, regalándonos una linda palabra para el Scrabble). Les muestro un par de detalles para el que le de pereza descargarla.

NGC 1316 es la cuarta fuente más intensa de radio de todo el cielo, designada Fornax A. Es una galaxia peculiar, con aspecto elipsoidal pero con mucho polvo, como Centaurus A, y actualmente está clasificada como lenticular. Parece ser el resultado de la fusión de varias galaxias más pequeñas, datando la última de estas colisiones de hace 3 mil millones de años. NGC 1317, que vemos muy cerquita, podría ser la siguiente en caer. Vean también el lindo par formado por NGC 1326B (una espiral vista de canto) y NGC 1326A: parecen estar en contacto, comenzando su propia fusión.

La enorme NGC 1399 está a 65 millones de años luz de nosotros. Esos fotones capturados por mi Canon comenzaron su loco viaje hacia nosotros cuando los últimos dinosaurios estiraban la pata. Salvo las aves, claro.

La imagen integra 68 minutos de exposición a través de un teleobjetivo de 100 mm (no, no hay telescopio acá). La foto no es muy buena: por razones que no logramos identificar el guiado no funcionó bien esa noche de enero en el lago Gutiérrez, y las exposiciones de 4 minutos quedaron algo movidas. Habrá que probar de nuevo el año que viene. Para quien se pregunte dónde están estos universos-isla en el cielo (después de todo la constelación del Horno no es de las más populares), aquí está la foto registrada en Cartes du Ciel. Orión sirve de referencia, hay que seguir la línea de Betelgeuse a Rigel y se llega derechito.


Las fotos son mías. Mías y del Fresco. El que las quiera usar puede hacerlo, pero debe pedírnoslo amablemente. Pueden descargarlas, que son de bastante más resolución que la que se ve embebida en esta columna.